Esta nueva campaña del GOB pretende que cada menorquín apadrine uno de estos pasos y se comprometa a revisar periódicamente que no haya animales atrapados en su interior.
Esta nueva campaña del GOB pretende que cada menorquín apadrine uno de estos pasos y se comprometa a revisar periódicamente que no haya animales atrapados en su interior.
Una vez un padre de una familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo,
con el firme propósito de que este viera cuan pobres eran las gentes del campo;
que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un dia y una noche completos en una granja de una familia campesina
muy humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:
-Que te pareció el viaje?...
-Muy bonito Papá...!!
-Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
-Sí..!!!
-Y qué aprendiste...?
-Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin.
Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.
Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte.
Especialmente Papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia.
Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo... y su hijo agregó:
- Gracias, Papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser...!!!
Cuando reina la sombra
una voz apagada que canta
y una inmensa tristeza que llora?
¿No sentiste en tu oído de virgen
las silentes y trágicas notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?
¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?
¿No viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?
Pues yo juro por ti, vida mía,
que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo
y tu boca pegada a mi boca.
Gustavo Adolfo Bécquer
Era una niña de ojos grandes como lunas, con la sonrisa suave del amanecer.
Huérfana siempre desde que ella recordara, se había asociado a un acróbata con el que recorría,
de aquí para allá, los pueblos hospitalarios de la India.
Ambos se habían especializado en un número circense que consistía en que la niña trepaba
por un largo palo que el hombre sostenía sobre sus hombros.
La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos.
Por eso, el hombre le indicó a la niña:
--Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo mejor será que,
mientras hacemos nuestro número, yo me ocupe de lo que tú estás haciendo
y tú de lo que estoy haciendo yo.
De ese modo no correremos peligro, pequeña.
Pero la niña, clavando sus ojos enormes y expresivos en los de su compañero, replicó:
--No, Babu, eso no es lo acertado. Yo me ocuparé de mí y tú te ocuparás de ti, y así,
estando cada uno muy pendiente de lo que uno mismo hace, evitaremos cualquier accidente.
*El Maestro dice: Permanece vigilante de ti y libra tus propias batallas
en lugar de intervenir en las de otros. Atento de ti mismo,
así avanzarás seguro por la vía hacia la Liberación definitiva.
No quiero alejarla de mi mente
y me hiere el recuerdo cual si fuera
una mano invisible traicionera
que me clava un puñal intransigente.
Recordarla pretendo dulcemente,
pero es vano mi afan, pues surge fiera,
una "mano" invisible, traicionera
que pretende matarme lentamente.
Pero es fuerte mi amor, y en la porfia
despreciando el dolor que me provoca,
la recuerdo a mi amada noche y dia.
Y saldre vencedor; mi rebeldía
humillada en los besos de su boca,
al dolor y al olvido desafia.
Autor: Desconocido
Pirítoo era hijo de Ixión y Día y a su enlace con Hipodamía, hija de Butes, el joven rey invitó a sus hermanastros los centauros. Ambos cónyuges estaban emparentados con ellos. Fue una gran boda con una enorme celebración donde corrió la comida y la bebida. Los centauros tras emborracharse, intentaron violar a la desposada y raptar a las invitadas. Los lápitas después de una sangrienta batalla lograron reducir a los centauros y expulsarlos de Tesalia. Todos los invitados varones se unieron contra los centauros en una violenta batalla. Entre ellos se encontraban los lapitas (parientes de Pirítoo) a quienes se unió Teseo. El célebre combate entre centauros y lapitas terminó con la victoria de estos últimos. Esta leyenda simboliza el triunfo de la civilización sobre la barbarie. Teseo y Pirítoo fueron amigos inseparables, y participaron juntos en hazañas bélicas de su época: en la cacería del jabalí de Calidón, en la expedición de los Argonautas, etcétera. Decidieron casarse cada uno con una hija de Zeus: Teseo con Helena, que aún era una niña, y Pirítoo con Perséfone. Primero raptaron a Helena y la dejaron bajo la custodia de Etra, y luego decidieron bajar al Hades en busca de Perséfone. Los Dioscuros, hermanos de Helena, fueron a liberar a su hermana. Cuando Teseo y Pirítoo hubieron descendido al Hades, se quedaron prisioneros allí. Cuando Heracles, en su duodécimo trabajo fue en busca de Cerbero, estando ya cerca de las puertas del Hades, los encontró encadenados. Al ver a Heracles tendieron sus manos hacia él, como si fuesen a ser resucitados gracias a la fuerza de éste. A Teseo, agarrándolo de la mano, logró alzarlo, pero tuvo que abandonar a Pirítoo ya que, al intentar levantarlo, tembló la tierra, por lo que éste se quedó para siempre en el Hades. Uno de los dos frontones del templo de Zeus en Olimpia representaba la lucha entre lapitas y centauros en la boda de Pirítoo.