30 noviembre 2009
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Siempre que alguien le preguntaba acerca del Zen,
el gran maestro Gutei lentamente levantaba un dedo en el aire.
Un muchacho en la aldea comenzó a imitar esta conducta.
Siempre que oía a la gente hablar de las enseñanzas de Gutei,
interrumpía la discusión y levantaba su dedo.
Gutei oyó hablar de la travesura del muchacho. Cuando lo vio en la calle,
lo agarró y le cortó su dedo. El muchacho gritó y comenzó a huir, pero Gutei le llamó.
Cuando el muchacho se dio vuelta para mirar, Gutei levantó su dedo en el aire.
En ese momento el muchacho se iluminó.