Aunque la mayoría del material existente sobre Tetis concierne a su papel de madre de Aquiles, y aunque en gran medida es una criatura de fantasía poética más que una diosa de culto en su periodo histórico, algunos indicios y referencias fragmentarias sugieren un estrato más antiguo de la tradición en el que Tetis desempeñó un papel mucho más importante en las prácticas religiosas y la imaginación de algunos griegos. En la Ilíada Aquiles recuerda a su madre su papel en la defensa, y por tanto legitimizando, el reino de Zeus contra una incipiente rebelión de tres olímpicos. Tetis liberó una vez a Zeus de las cadenas, si bien no hay otras referencias a esta rebelión entre los olímpicos. Apolodoro escribió que Tetis fue una vez cortejada tanto por Zeus como Poseidón. Fue dada en matrimonio al mortal Peleo sólo por la profecía de Temis, Prometeo o Calcas de que su hijo destacaría sobre su padre.
Tetis es la madre de Aquiles con Peleo, rey de los Mirmidones. Tanto Poseidón como Zeus estaban interesados en ella, pero una profecía de Temis reveló que su hijo sería más grande que su padre, así que arreglaron su matrimonio con un hombre mortal. La profecía decía que el hijo de Tetis tendría una vida larga pero aburrida, o gloriosa pero corta. Cuando estalló la guerra de Troya, Tetis estaba preocupada y ocultó a Aquiles en la corte de Licomedes, disfrazado de mujer. Pero de todas formas terminó acudiendo con el resto de los griegos. Viendo que no podría evitar que su hijo cumpliese su destino, Tetis hizo que Hefesto forjase un escudo y una armadura, pero luego rehusó pagarle los favores sexuales que le había prometido a cambio. Cuando Paris mató a Aquiles, Tetis vino del mar con las Nereidas para llorar su muerte, y guardó sus cenizas en una urna de oro, levantó un monumento en su memoria e instituyó unas fiestas conmemorativas.