Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino.
Luego se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra.
Algunos simplemente la rodearon.
Muchos culparon a la autoridad por no mantener los caminos despejados,
pero ninguno de ellos hizo nada para sacar la piedra del camino.
Un vecino del pueblo que vivía en el sitio más descampado,
pasaba por allí exhausto con un fardo de leña sobre sus hombros; y la vio.
Se detuvo, luego se aproximó a ella, puso su carga en el piso trabajosamente
y trató de mover la roca a un lado del camino.
Después de empujar y empujar hasta llegar a fatigarse mucho, con gran esfuerzo, lo logró.
Mientras recogía su fardo de leña, vio una pequeña bolsita en el suelo,
justamente donde antes había estado la roca.
La bolsita contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey diciendo
que el premio era para la persona que removiera la roca como recompensa por despejar el camino.
El campesino aprendió ese día que cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad,
tanto para ayudar a los demás como para ayudarse asimismo.
Esta mañana de metales mórbidos
la brisa duerme. El humo de las fábricas
inserta el horizonte
de inmensas rosas malvas deshojadas.
Pero mi corazón está tranquilo.
La noche le rindió sus apagadas
distancias, sus luceros
iluminaron besos y miradas.
Se levantan los ruidos. Resplandece
el sol de la ciudad.
La brisa duerme aún y malvas rosas
adornan las montañas.
No alzaré las cortinas. Ella duerme
y el recuerdo del sueño dura en mí.
Hjalmar Flax
Según Sir James George Frazer, su nacimiento se celebraba en Roma el 25 de marzo (equinoccio de primavera). Las Fiestas de Attis se celebraban en Roma desde el 15 hasta el 27 de marzo. A lo largo de ella se iban cumpliendo determinados ritos y ceremonias con los que se reproducían los actos principales de la vida de este dios-hombre: nacimiento, emasculación, muerte y resurección
A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando:
-¿Que clase de personas viven aquí?El anciano le pregunta:
- ¿Que clase de gente había en el lugar de donde tu vienes?
"Un montón de gente egoísta y mal intencionada"replicó el joven.
-Estoy encantado de haberme ido de allí. A lo cual el anciano comento:
-Lo mismo habrá de encontrar aquí.
Ese mismo día otro joven se acerco a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
-¿Que clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
-"¿Que clase de personas viven en el lugar de donde tu vienes?
-"Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
- "Lo mismo encontrarás aquí", respondió el anciano.
Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
-¿Como es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?
A lo cual el viejo contestó: -"Cada uno de nosotros solo puede ver lo que lleva en su corazón".
-Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar
otra cosa aquí ni en ninguna otra parte.
- Si te sientes dolorido por alguna causa externa; no es eso lo que te perturba.
Si no tu propio juicio sobre ella.
No sé cuál es la cara que me mira
cuando miro la cara del espejo;
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira.
Lento en mi sombra, con la mano exploro
mis invisibles rasgos. Un destello
me alcanza. He vislumbrado tu cabello
que es de ceniza o es aún de oro.
Repito que he perdido solamente
la vana superficie de las cosas.
El consuelo es de Milton y es valiente,
Pero pienso en las letras y en las rosas.
Pienso que si pudiera ver mi cara
sabría quién soy en esta tarde rara.
Jorge Luis Borges